John Bates durante un viaje de pesca a Nueva Zelanda

Kiritimati, también conocida como Isla de Navidad, es uno de los lugares más remotos del planeta, situado en medio del océano Pacífico. Con muchas especies distintas de peces en los océanos circundantes, la isla de Navidad atrae a pescadores de todo el mundo.

John Bates, de Billings (Montana), miembro de Global Rescue, viajó a Kiritimati en un viaje de pesca muy esperado durante el verano. Una noche, a última hora, cayó gravemente enfermo en su alojamiento. Sus síntomas eran debilidad, fiebre alta, incapacidad para caminar y dificultad para respirar.

El Dr. Gordon Cox, un patólogo jubilado que viajaba con el Sr. Bates, se puso en contacto con Global Rescue para pedir ayuda cuando el Sr. Bates no pudo hacerlo. Debido a su remota ubicación, Kiritimati presenta difíciles problemas de comunicación. Las comunicaciones en la isla son muy deficientes y sólo se puede acceder a ellas a través del «centro de comunicaciones» de la isla, e incluso así de forma limitada.

El equipo médico de Global Rescue determinó que el complejo historial médico del Sr. Bates hacía que fuera especialmente sensible a los síntomas que estaba experimentando, con un riesgo de sepsis potencialmente mortal, en un lugar remoto donde no se disponía de la atención adecuada.  Estaba claro que el estado del Sr. Bates requería la evacuación de la isla para recibir la atención necesaria.

Sin tiempo que perder para obtener la mejor atención para el Sr. Bates, los médicos de Global Rescue recomendaron una evacuación médica inmediata desde la isla de Christmas a un hospital de Honolulu, Hawai, para recibir tratamiento médico.  Se determinó que éste era el hospital más cercano y mejor para el tratamiento dadas las circunstancias.

Tras una breve hospitalización en la que recibió cuidados estabilizadores, el Sr. Bates pudo viajar a su casa en Montana.  Llegó a casa sano y salvo, elogió la eficacia del equipo de evacuación médica y agradeció a Global Rescue el papel desempeñado en su atención médica. 

El Sr. Bates dijo lo siguiente sobre su terrible experiencia:

«En primer lugar, sugeriría a la empresa turística con la que viajaba, que reserva viajes a la Isla de Navidad, que obligue a todo aquel que vaya a pescar a una zona remota como la Isla de Navidad a inscribirse en Global Rescue. Estás loco si vas a un lugar como la Isla de Navidad y no tienes a Global Rescue en el bolsillo».

«En segundo lugar, sugeriría que alguien de su grupo investigara la tecnología de comunicaciones disponible en cualquier destino. En caso de duda, cuenten con un teléfono vía satélite, adquirido específicamente para el propósito del viaje, que les proporcione una línea clara de comunicación en caso de emergencia.»

 «De hecho, fue el Dr. Cox quien me sugirió Global Rescue. Miré la información y pensé que quizá debería unirme. Estoy muy agradecido de haberlo hecho. Estoy aquí y tengo todas mis extremidades. Me alegro de haber contado con vosotros. Después de ver lo que podéis hacer, soy un creyente».

«El sistema de seguimiento de Global Rescue sin duda te hace sentir que te atienden. Se hace evidente que están al tanto de todo, y eso es importante».

 

 El Dr. Gordon Cox (izda.) con John Bates (dcha.)