Paramédico de Global Rescue (izquierda) con Leslie Erickson

Todos los inviernos, Leslie Erickson, de 71 años, hace un viaje de un mes a un lugar nuevo y exótico.  Este mes de febrero, Leslie tenía previsto escapar del frío de Omaha (Nebraska) para pasar sus vacaciones anuales en Ecuador.  Sin embargo, problemas de salud inesperados hicieron que tuviera que recurrir a su afiliación a Global Rescue.  «Nunca pensé que lo necesitaría», dijo Leslie. «Hicieron tantas cosas buenas que no puedo ni pensar en todas. Se me llenan los ojos de lágrimas».

En los primeros días de viaje, Leslie empezó a sentir fatiga, dificultad para respirar y náuseas. Visitó a un médico local que le recomendó acudir al Hospital Metropolitano de Quito (Ecuador).  El médico que le trató constató que Leslie estaba, de hecho, peligrosamente cerca de entrar en coma diabético cuando llegó al hospital. Leslie fue tratado inmediatamente con insulina y líquidos intravenosos en la unidad de cuidados intensivos.   Durante su estancia, fue examinado por un cardiólogo que determinó que Leslie también sufría su primer infarto, la primera dolencia que padecía en 25 años. 

Mientras recibía tratamiento mediante cirugía y medicación, Leslie se encontraba solo en un lugar donde las barreras lingüísticas impedían que nadie le explicara lo que le ocurría, y mucho menos que le atendieran a lo largo de los síntomas y temores asociados a su enfermedad. Esos sentimientos se aplacaron cuando Global Rescue, tras conocer su situación, envió inmediatamente a un paramédico junto a la cama de Leslie.

«Me hizo sentir muy cómoda y tenía buen sentido del humor», reflexiona Leslie. 

El paramédico de Global Rescue permaneció con Leslie en Ecuador hasta que estuvo lo suficientemente estable como para viajar de vuelta a Nebraska para recibir tratamiento en el hospital de su elección, el Centro Médico de la Universidad de Nebraska.  Mientras Leslie estuvo hospitalizada, el paramédico fue fundamental para explicarle los detalles del tratamiento y el plan de cuidados.  Coordinó el alta con el equipo tratante para asegurarse de que todo estuviera en orden -medicación e historial médico completo para pasar al hospital de ingreso, por ejemplo- antes del alta. Además, Global Rescue trabajó con las aerolíneas para garantizar que los servicios estuvieran disponibles durante el viaje de vuelta a casa, y se coordinó con aduanas e inmigración tanto en Ecuador como en Estados Unidos a la salida y a la llegada.

«Fue un regalo del cielo», recuerda Leslie. «Cuando se fue, me sentí muy triste. Sentí como si hubiera dejado a mi mejor amigo».

Leslie sigue recuperándose de su terrible experiencia en el extranjero.  Aunque aún no tiene planes de viaje para el futuro, Leslie está deseando partir hacia algún lugar lejano, si su salud se lo permite. Afirma con confianza: «Si puedo, lo haré».