Global Rescue recibió una llamada de uno de sus clientes corporativos, comunicando que la hija de un empleado se encontraba en paradero desconocido en Santiago de Chile. La mujer, de unos 20 años, trabajaba en el país como profesora para una organización sin ánimo de lucro cuando se produjo el gran terremoto. Los repetidos intentos del empleado por ponerse en contacto con ella fracasaron. Global Rescue activó sus activos sobre el terreno en Santiago, que lograron determinar la ubicación exacta de la joven en cuestión de horas y la pusieron en contacto con sus padres.  

Mientras tanto, el personal del Centro de Operaciones de Boston sigue coordinando la logística para varios de sus clientes y preparándose para cualquier otra persona que necesite la ayuda de Global Rescue.