LEÓN (Nicaragua) – Hace nueve años, el francés Eric Barone estableció el récord mundial de velocidad para bicicletas de serie y prototipos con una serie de espectaculares descensos por el volcán Cerro Negro, en Nicaragua. Pero una horrible caída allí, en la ladera negra, cuando frenaba tras establecer el récord, acabó abruptamente con su carrera.

En la primavera de 2011, el francés de 50 años volvió al escenario de su mayor triunfo y de su accidente casi mortal. Pero esta vez Barone, que aún lleva las cicatrices del accidente, regresó no como participante activo, sino como organizador de un intento de batir el récord de Markus Stöckl, que llegó a Nicaragua ostentando ya el récord mundial sobre nieve.

En esta ocasión, los paramédicos de Global Rescue estuvieron presentes por si el atleta necesitaba ayuda de emergencia o una evacuación médica. Además del apoyo terrestre, la empresa también dispuso de un helicóptero medicalizado.

En el pasado, Red Bull ha recurrido con frecuencia a los servicios de Global Rescue para eventos deportivos de alto riesgo.

La pista de 550 metros de longitud para el actual intento de récord sobre grava en el volcán Cerro Negro, aún activo, en Nicaragua, conducía directamente desde el borde del cráter hasta la base. «La superficie es como rodar por una playa de arena y guijarros a 45 grados. Sólo cuando se alcanzan velocidades más altas es posible rodar con cierta estabilidad», explica Stöckl. Poco a poco fue subiendo hacia el borde del cráter con una serie de carreras de entrenamiento y luego batió el récord en su primer intento, aunque por poco. El cronómetro marcó 164,95 km/h, sólo 1 km/h más rápido que Barone, que fue el primero en felicitarle en la zona de meta.