Dos de las principales revistas de deportes de remo han contado la historia de la evacuación médica de Jon Turk por Global Rescue desde el Ártico canadiense.

En una entrevista con la revista Canoe & Kayak, el compañero de viaje de Turk, Erik Boomer, dijo lo siguiente:

 «Pasaron unas 36 horas desde que terminamos la expedición. Pasamos la noche en la casa donde empezamos el viaje. Y se despertó con mucho dolor, sin poder hacer pis. Lo llevamos a una oficina de salud -tienen una enfermera para toda la comunidad- y le hicieron un montón de pruebas, y descubrieron que sus riñones no funcionaban.»

«Así que llamamos a Global Rescue, que por cierto es una compañía de rescate increíble. Tuvimos que esperar tres días antes de que un jet pudiera llegar allí, debido a la niebla, y una vez que llegó más al sur le hicieron todos los análisis de sangre. Y todos estaban bastante consternados por lo mal que estaba su sangre, y muy contentos de haberlo llevado allí cuando lo hicieron. Justo cuando iban a conectarlo a la máquina de diálisis, sus riñones volvieron a funcionar. Estuvo seis días en el hospital, pero ahora está en casa, en el bosque de Montana».

Turk también relató su aventura a Paddling Life:

«En cuanto a los momentos angustiosos, la mayoría de las veces el viaje era difícil y el futuro incierto, pero al menos podías mirar hacia delante y decir, bueno, no va a pasar nada malo en los próximos 30 segundos, así que a corto plazo, al menos, estamos bien», dice Turk. «Pero cuando una morsa atacó a Erik en aguas abiertas, las cosas parecieron bastante sombrías por unos momentos».

Al final del viaje se pusieron más sombríos. Quince horas después de llegar a Grise Fiord, Turk se despertó en mitad de la noche con la temible sensación de que su sistema metabólico se había averiado.

 «Unos amigos me llevaron a la clínica local, donde mi estado se consideró ‘potencialmente mortal'», cuenta Turk, que actualmente se recupera en su casa de Montana. «Me trasladaron a Ottawa con una ambulancia Global Rescue, que intervino cuando mi vida estaba en peligro. Después de seis días en hospitales y clínicas médicas, volví a casa».