Artículo destacado:

  • Los viajeros corren el riesgo de sufrir mordeduras de serpientes, lagartos, tortugas, cocodrilos y caimanes en varios continentes.
  • Las serpientes venenosas, como las de cascabel, las cobras, las mambas y los taipanes, son las que causan más urgencias médicas en todo el mundo.
  • Los reptiles no venenosos, como iguanas, salamanquesas y anolis, pueden infligir mordeduras dolorosas cuando se sienten amenazados.
  • Los grandes reptiles, como los dragones de Komodo, los cocodrilos y las tortugas mordedoras, utilizan mandíbulas trituradoras en lugar de veneno.
  • Saber dónde viven estos reptiles y cómo se comportan es la mejor defensa contra los encuentros peligrosos.

 

 

Los reptiles fascinan a los viajeros por su antiguo linaje, su aspecto llamativo y sus poderosas adaptaciones. Sin embargo, muchas de estas criaturas de sangre fría también pueden defenderse con mordeduras dolorosas o incluso mortales. Tanto si se adentra en el suroeste de Estados Unidos como si explora los humedales de Florida o se aventura en las selvas del sudeste asiático, el viajero debe saber qué reptiles suponen un riesgo, por qué muerden y dónde esperarlos.

 

Serpientes de América: De la cascabel a la cabeza de cobre

La serpiente de cascabel es uno de los reptiles más emblemáticos de Norteamérica, y se encuentra desde Canadá hasta Argentina. Muerden cuando se asustan o las pisan, advirtiendo primero a los intrusos con su delator cascabel. Venenosas y peligrosas, las mordeduras de serpiente de cascabel requieren atención médica inmediata y un antídoto.

Las cabezas de cobre habitan en el este de EE.UU. y se camuflan en el suelo de los bosques con sus bandas de color cobrizo. Su veneno es menos potente que el de las serpientes de cascabel, pero su mordedura sigue siendo dolorosa y requiere tratamiento. Como su camuflaje es tan eficaz, los encuentros accidentales son frecuentes.

Los algodoncillos (también conocidos como mocasines de agua), que suelen encontrarse cerca de pantanos y ríos en el sureste de EE.UU., son famosos por su actitud defensiva con la boca abierta. Su veneno es lo bastante potente como para causar graves daños en los tejidos, por lo que una mordedura de boca de algodón es una emergencia médica grave.

Las serpientes coral, con sus bandas rojas, amarillas y negras, habitan partes de Norteamérica y Sudamérica. Son muy venenosas, pero reclusivas y rara vez muerden a menos que se las provoque. Una rima común, «Rojo toca amarillo, mata a un compañero; rojo toca negro, amigo de Jack», ayuda a distinguirlas de las inofensivas serpientes de leche y serpientes rey.

 

Serpientes de África, Asia y Australia: De las mambas negras a los taipanes

Las mambas, sobre todo la mamba negra del África subsahariana, se cuentan entre las serpientes más rápidas y mortíferas del planeta. Su veneno actúa rápidamente sobre el sistema nervioso, y las mordeduras no tratadas suelen ser mortales. Los viajeros que se adentren en sabanas y roquedos africanos deben evitarlas.

Las cobras, repartidas por África y Asia, son famosas por sus exhibiciones de capucha. Algunas especies, como la cobra escupidora, pueden proyectar veneno en los ojos, provocando ceguera. Las mordeduras de cobra pueden ser mortales sin un antídoto urgente, pero muchas especies prefieren huir antes que atacar.

Los riesgos son reales, como descubrió un miembro de Global Rescue en Namibia. Mientras se preparaba para acostarse, le mordió en el pie una cobra africana, concretamente la cobra de Angola (Naja annulifera anchietae), una especie que mata a cientos de personas cada año. El guía lo llevó rápidamente a un hospital local donde le administraron un antídoto, pero el veneno neurotóxico ya había empezado a destruir tejido, dejando piel necrótica en la parte superior del pie. Para salvarle la pierna, los médicos le operaron de urgencia para extirparle el tejido muerto e intentaron un injerto de piel que fracasó.

Tras consultar con el equipo médico de Global Rescue y con especialistas del Johns Hopkins, se tomó la decisión de trasladarlo a Estados Unidos para que recibiera cuidados avanzados. Fue trasladado en avión desde Namibia a Washington D.C., vía Amsterdam, donde cirujanos de Virginia le reconstruyeron el pie con piel sintética.

Se calcula que las cobras matan a unas 50.000 personas al año sólo en Asia, lo que las convierte en uno de los animales más mortíferos del planeta. Este caso demuestra tanto los efectos devastadores del veneno de cobra como la importancia crítica de una evacuación rápida y una atención médica de primera clase.

Originarias de Australia y Papúa Nueva Guinea, producen uno de los venenos más tóxicos que se conocen. Las taipanes de tierra adentro, a menudo llamadas «serpientes feroces», rara vez se topan con humanos, pero las taipanes costeras suponen un riesgo mayor. Una mordedura de taipán requiere la administración rápida de un antídoto.

 

Lagartos venenosos

El monstruo de Gila, uno de los dos únicos lagartos venenosos del mundo, vive en los desiertos del suroeste de Estados Unidos y México. Su mordedura libera veneno neurotóxico, pero rara vez mata a seres humanos. Aun así, sus fuertes mandíbulas se aferran con obstinación, lo que hace que la mordedura sea dolorosa y difícil de romper. El primo cercano del monstruo de Gila, el lagarto mexicano de cuentas, es más grande y también venenoso. Se encuentra en el oeste de México y su mordedura venenosa es peligrosa, aunque rara vez resulta mortal.

Los dragones de Komodo, gigantes de las Islas Menores de la Sonda (Indonesia), combinan una fuerza de mordedura aplastante con una saliva venenosa. Pueden matar ciervos, cerdos e incluso búfalos de agua. Aunque los ataques a humanos son raros, suelen ser mortales sin ayuda médica inmediata.

El cocodrilo arborícola, o lagarto monitor, también recibe el nombre de cocodrilo monitor. Este enorme lagarto recorre los bosques de Papúa Nueva Guinea. Sus largos dientes pueden infligir heridas profundas e infectadas. Aunque no es venenoso, su tamaño y fuerza lo convierten en un reptil al que hay que evitar provocar.

Las iguanas suelen venderse como mascotas y es habitual verlas en Centroamérica y Sudamérica, pero pueden morder a la defensiva. Sus dientes dentados pueden causar cortes profundos, pero no son venenosas. Las salamanquesas y los anolis son pequeños lagartos no venenosos que viven en climas cálidos de todo el mundo. Aunque son capaces de morder si se les manipula bruscamente, sus pequeñas mandíbulas no causan más que un mordisco.

 

Tortugas y cocodrilos

Dos especies de tortugas mordedoras dominan Norteamérica, la tortuga mordedora común y la tortuga mordedora caimán. Ambas son depredadores acuáticos emboscados con poderosas mandíbulas. Sus mordeduras pueden cortar dedos y nunca deben subestimarse, pero no son venenosas.

Los cocodrilos están distribuidos por África, Asia, América y Australia. Muerden con una de las fuerzas más potentes del reino animal. A diferencia de las serpientes venenosas, los cocodrilos se basan en la emboscada y la fuerza aplastante. Los ataques de cocodrilos a seres humanos son más frecuentes en África y el Sudeste Asiático.

Originarios principalmente del sureste de Estados Unidos y China, los caimanes suelen ser menos agresivos que los cocodrilos, pero siguen siendo peligrosos. La mayoría de los incidentes ocurren cuando los humanos se inmiscuyen en zonas de nidificación o intentan alimentarlos.

 

Reptiles mordedores y lo que los viajeros deben saber

Los viajeros que se aventuren en hábitats de reptiles deben seguir unas precauciones clave:

  • Manténgase en los senderos señalizados y evite la hierba alta, las orillas de los ríos y las aguas turbias donde se esconden los reptiles.
  • Lleve botas y pantalones largos en las regiones propensas a las serpientes.
  • Nunca intente manipular o alimentar a reptiles salvajes.
  • Conozca el aspecto de las especies venenosas de su destino, sobre todo si existen especies parecidas.
  • Lleve consigo un botiquín de primeros auxilios y conozca el hospital o la clínica con antídoto más cercanos si viaja a un país de serpientes.

 

La Conexión Global de Rescate

Los reptiles no muerden por maldad, sino como medio de supervivencia. Para los viajeros, el peligro surge cuando la curiosidad o los despistes acercan demasiado a los humanos a estos antiguos depredadores. Desde las mordeduras de serpientes venenosas en Asia, África, América y Australia hasta las mandíbulas aplastantes de cocodrilos en ríos y estuarios, cada encuentro subraya la necesidad de preparación y respeto. Saber reconocer las especies, evitar los hábitats de riesgo y reaccionar con rapidez puede marcar la diferencia entre un susto y una urgencia médica grave.

Un incidente reciente pone de relieve lo decisiva que puede ser una respuesta rápida a una mordedura de serpiente. Las operaciones de Global Rescue recibieron una alerta SOS del propietario de un dispositivo de mensajería por satélite en Australia, cuya esposa había sido mordida en un pie por una serpiente negra. Ya experimentaba entumecimiento, sed y náuseas, síntomas que pueden indicar la entrada de veneno en el torrente sanguíneo. Global Rescue se coordinó con las autoridades de emergencias y confirmó la llegada de una ambulancia para prestar asistencia urgente. La rápida coordinación entre un viajero que utilizaba un dispositivo de comunicaciones de emergencia por satélite, Global Rescue y los equipos de primeros auxilios garantizó que la asistencia vital estuviera en marcha en cuestión de minutos.

Cada emergencia relacionada con reptiles demuestra por qué es importante el apoyo médico y de rescate especializado. Cuando una mordedura se produce lejos de los hospitales, una intervención rápida puede marcar la diferencia entre la recuperación y la tragedia. Global Rescue cubre ese vacío, proporcionando respuesta de emergencia, evacuación médica y rescate sobre el terreno las 24 horas del día, los 7 días de la semana, en casi cualquier lugar del mundo. Ya sea una mordedura de serpiente venenosa en el interior de Australia, un ataque de cocodrilo en África o un encuentro con un dragón de Komodo en Indonesia, Global Rescue es el salvavidas que conecta a los viajeros con la seguridad.

Una afiliación a Global Rescue es más que tranquilidad: es una garantía de que la ayuda está siempre al alcance de la mano, por remota que sea su aventura.